¡Impresionante!
Me costó convencer a mi hijo Iñigo, con el que comparto buena parte de los gustos musicales, para ver este documental. ‘Iñigo, hazme caso que tiene muy buena pinta. Ha ganado el Oscar al mejor documental’. Y es que las buenas experiencias son mejores compartidas. Finalmente, cedió y lo vimos junto a mi hija Teresa. ¡Sin pestañear!
¡Maravilloso! Todo un descubrimiento. ¡Que grande Sixto Rodríguez! No hay precedentes de algo parecido. Un ARTISTA que era un ídolo de masas sin saberlo. Su música y letra eran himnos en la Sudáfrica que luchaba contra el apartheid.
Sugarman, I Wonder, Crucifie your mind, Think of you, … Poesía. Pura y cruda poesía surgida de la espesa vida en las calles de Detroit. No puedo extenderme más pues sería desvelar el secreto de un grandioso documental que merece mucho la pena ser visto y oído.
Simplemente decir que el talento no puede esconderse y que, como ocurre con el magma terrestre, antes o después, aflora por los conos de los volcanes. A veces a miles de kilómetros de distancia.
Ya somos los tres incondicionales de este cantante y hemos adquirido casi toda su música. No lo hemos hecho por un ansia incontrolada (aunque algo de ello había), sino porque creímos que debíamos contribuir al reconocimiento que merece este enorme artista cuya cualidad más destacada es la humildad.