En un momento de nuestra existencia, nunca es demasiado tarde ni demasiado pronto (Camino, 254), se ponen en marcha fuerzas en nuestro interior que nos hacen adoptar una actitud fundamental en toda nuestra vida orientándola hacia aquello que hemos descubierto como nuestra misión en este mundo: es la vocación, la mayor de las gracias que Dios nos concede. …
Categoría: Itinerario
Camino espiritual