Santa Misa en Milán

Siento la necesidad de describir la impactante experiencia de la Santa Misa dominical en Milan en esta cuaresma de 2013, donde he estado con motivo de la celebración del Congreso Europeo de Urología.

Semana de eleccion de nuevo Papa. La Iglesia ha estado expectante y orante durante este tiempo de sede vacante. Finalmente un nuevo Papa, Francisco,que celebra la Misa de entronizacion en la festividad de San Jose, nuestro santo patron. Fuego. Fuego del Espiritu, que todo lo transforma, y fuego en mi tierra valenciana donde arden las fallas, aunque es un fuego distinto.
Domenica 17 marzo. 10:00 oreSanta Messe en la Parrocchia di Sant’Ildefonso en Piazzale Damiano Chiesa, equidistante entre el hotel en el que me hospedo y la sede del congreso. Mañana gris, lluviosa y fria. La Iglesia, moderna y de considerables dimensiones, se fue llenando hasta estar repleta. Repleta de adolescentes, niños, matrimonios, ancianos…
Ambiente de recogimiento y respeto. La liturgia, perfecta. El sagrario, pequeño, desproporcionadamente e intencionadamente pequeño, humilde, en medio de un altar que se eleva al cielo por una galeria moderna de gran amplitud y  altura. La luz de mundo. Otros símbolos cuaresmales alrededor del altar: flores secas del desierto, luz que espanta toda tiniebla, …
Vangelo del giorno, la resurreccion de Lazaro (Jn, 11). Señor, ¡si hubieses estado aqui…!. Lazaro uscite!, ¡sal afuera!. Desatadlo y dadle de comer. El Señor de la vida en la cercanía ya del final.
La musica merece un comentario especial. Un coro, no muy numeroso, de voces y guitarras, con gente de todas las edades. Los cantos, delicados, sin estridencias, recogiendo los principios de todo canto litúrgico: preeminencia de la palabra sobre la música, de la voz sobre los instrumentos y ayudar a crear un ambiente de espiritualidad. Sólo composiciones originalmente religiosas, incluida un aria de la Pasion de San Juan de Bach, por supuesto, en italiano. Perfecta para el recogimiento y para elevar a Dios un bello canto de alabanza. ¡Como se nota la cultura musical en esta tierra cuyo cántico litúrgico conmovió al propio San Agustin, discipulo de San Ambrosio, y le hizo afirmar que ‘cantar es propio de quien ama’ !  Por eso creo que hay que tomarse muy en serio este aspecto de la liturgia y ser conscientes de que debemos ofrecer algo bello porque es nuestra obligacion y porque, ademas de fomentar la sensacion de comunión entre los participantes, resulta conmovedor. ¡Que dificll de explicar con palabras! Cantada en la bella lengua de Petrarca y Dante, solo recuerdo haber tenido una experiencia similar en la Catedral de Viena hace dos años. El italiano es una lengua hecha para ser cantada. Un ilustre compositor muy venerado  aquí, Giuseppe Verdi, de cuyo nacimiento se conmemora el segundo centenario, compuso una Messe de Réquiem dedicada a Alessandro Manzoni, de una dulzura exquisita, que es un buen ejemplo de lo que quiero expresar, aunque sea en latín.
Y junto al canto, el silencio. Ese silencio, que también es música ya que deja el tiempo suspendido. Ese silencio donde se oye la voz de Dios. Ese que procuraron los habitantes de Milan llenando de paja las calles adjacentes al Grand Hotel donde agonizaba su gran maestro de la opera, victima de una apoplejia, para que el ruido de los carruajes no afectase a su descanso. ‘Va pensiero…’ cantaron ante su cortejo fúnebre. El silencio…
El silencio de la Consagración. Y en el mismo, de repente, mientras el sacerdote levanta al Santísimo, ya presente en plenitud, la sensacion de que el mundo entero, de rodillas, asiste a una gran Misa, con personas de todas las razas, como el el Congreso de Urologia,  mirando al sumo sacerdote eterno ofrecerse a si mismo al tiempo que les dice a sus discípulos ‘dadles vosotros de comer‘, y se multiplican los panes, y comen hasta saciarse, y se recogen las sobras.
El Padre Nuestro, ‘la esencia de la sintesis de toda síntesis‘ para el hombre, como me gusta llamarlo. El sentido único y final del ser humano. Hermandad. Con toda la Iglesia, todos los asistentes, cogidos de la mano, elevando la mirada al cielo. Adolescentes, con su aspecto moderno, en gran numero, mas de los que se ven en España. Yo de la mano de una anciana de mirada bondadosa que me sonríe cuando se da cuenta de que rezo en otro idioma. Hermandad.
Al final, lleno de alegría, con Su ayuda y presencia cercana, tras la acción de gracias, rumbo al trabajo, al Congreso, a cumplir con la obligación y las citas previas. Con otra mirada, con otra perspectiva.
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